Jerez

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En esta ocasión, el próximo 30 de Abril, a las 20.00 en la Plaza del Arenal el MiercolesCultura del 15M de Jerez estára a cargo de Jesús Parra de Asociación de Consumidores y Productores de productos ecológicos y artesanales el Zoco y tendremos un debate posterior.

En los años 70 y 80, la agricultura ecológica y campesina se posicionó frente al modelo ideológica que subyace bajo la denominada Revolución Verde, y que ha dado lugar al sistema agroalimentario global. Es curioso que el derecho a la alimentación no se encuentra relacionado dentro de los llamados “derechos humanos” y, desde luego, el hambre se ha venido utilizando como el arma de destrucción masiva más eficaz por parte de las fuerzas que dominan el territorio de la globalización. La maraña de acuerdos internacionales que ha conformado el sistema global ha llevado a que el derecho a la alimentación se encuentre en manos de un grupo reducido de empresas estrechamente vinculadas con el poder neoliberal. En este contexto, campesinos, productores ecológicos, activistas urbanos y consumidores conscientes deben constuituir un frente de resistencia y semilla del construcción del nuevo mundo libre postliberal.

En nuestros días, la producción ecológica actualiza su sentido en el marco de las “tácticas de relocalización”. Para el pensamiento liberal, el sujeto histórico y la medida de todas las cosas es el individuo; en las tácticas de relocalización, el sujeto histórico es la comunidad (y su unidad política/geográfica básica: la ciudad). La producción ecológica ya no sólo es imprescindible por razones de salud o de medioambiente, sino que es un vehículo para crear/reconstruir comunidad. Desarrollar la dimensión comunal de las personas es probablemente uno de los últimos bastiones de resistencia. Producir y consumir con sentido ecológico es una forma de hacerlo.

Jerez cuenta con todas las condiciones para llevar a cabo experiencias de relocalización. El papel de las administraciones públicas es clave para ello. De ahí la importancia de la política y la participación en las instituciones, porque la batalla no tiene lugar en la prensa o en las discusiones de bar, sino en los despachos donde se redactan las ordenanzas, los decretos y los reglamentos.